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Resiliencia en tiempos de búsqueda laboral y layoffs

Actualizado: 27 mar



"Pero es que antes esto no pasaba..." me decía esa mañana: "Nunca me habían despedido de ningún lugar". Antes, recuerdo, llegaban las ofertas a tu buzón de LinkedIn sin que tuvieras que mover un dedo. Bastaba con tener un mensaje genérico preparado, que luego personalizabas para cada oportunidad. Incluso en charlas recomendaba nunca dejar en visto a un cazatalento. Era importante responder de manera cordial, agregarlo como contacto, y dejar claro que, aunque en ese momento no estabas interesado en cambiar, siempre estabas dispuesto a nuevos desafíos.


Las veces que cambié de trabajo fue porque vi una oportunidad o reto nuevo. Valoro todos los lugares que me abrieron las puertas y que fueron clave en mi crecimiento como profesional de UX. Desde mis primeros pasos como Junior hasta llegar a Lead, ha sido un viaje largo, lleno de aprendizaje, y con la motivación constante de hacer que la experiencia del usuario siempre sea memorable.


Este año, sin embargo, quienes trabajamos en tecnología hemos sentido un fuerte golpe luego de vivir el COVID y el trabajo remoto. El panorama cambió, y muchos nos vemos obligados a adaptar nuestras estrategias, tanto personales como profesionales. Ha sido maravilloso en estos últimos meses, el juntarme a conversar de estas cosas con ex-colegas de trabajo, líderes con quienes trabajé y en mis mentorías de este año. Estos son algunos aprendizajes que tengo en mi radar.


A nivel emocional:


No hay nada personal: Es fácil pensar que algo hiciste mal, que fue culpa tuya, pero la realidad es que hay factores externos en juego. Las empresas toman decisiones basadas en la reducción de costos, y no es fácil ni para los líderes ni para los equipos. Y, por supuesto, tampoco para la persona que debe irse. No hay culpables, es el ciclo laboral y debemos asumirlo.


No eres tú, es la post-pandemia: Hace dos años, todo cambió. Las empresas llenaron sus equipos de personal remoto, y ahora están reduciendo esos cargos al darse cuenta de que no necesitan tantas personas. Esto está haciendo que los roles cambien o incluso desaparezcan.


Habrá días buenos y malos: Como una montaña rusa. En los días malos, es vital validar tus emociones: tristeza, desilusión, rabia… todo es válido. Habla con tu círculo cercano, ve a terapia si puedes, sal a caminar. No te quedes encerrado en ti mismo. Si prefieres la soledad, medita o lee un buen libro. A veces, una frase puede iluminarte el día.


Crea una rutina: Mantén tu mente ocupada. Ejercítate, postula a trabajos, realiza tareas básicas como levantarte de la cama y comer. Distribuye tu energía en las prioridades del día y no te sobreexijas.


Sé compasivo contigo mismo: No te castigues por no tener las mismas rutinas que antes. Este es un proceso, y todo se ajustará en su debido momento. Imagínate como una batería en modo ahorro; no es el momento de exigirte demasiado.


Acepta el rechazo: Como dice el dicho, "una lloradita y a seguir" y vaya que no es fácil hacer esto. Las expectativas pueden ser traicioneras, así que comprender que cada vez que postulas, es un 50/50. El rechazo duele, pero con el tiempo te curtes y aprendes de cada experiencia.


Confía en el proceso: Valora este tiempo que tienes ahora. Disfruta de la libertad que te da no estar trabajando y enfócate en lo positivo. Aprovecha para conectar con tus amigos y familia, y descubre nuevas formas de generar ingresos. Yo, por ejemplo, descubrí que puedo dar clases y ser mentora.



A nivel profesional:


Diseña tu CV para los ATS y para los humanos: ¿Cómo así? Dos versiones. La competencia es feroz. En una hora, ya puede haber 100 postulaciones para un solo cargo.

Para ATS: Si eres diseñador, evita hacer currículums muy visuales o complejos; céntrate en el texto, usa viñetas y palabras clave relacionadas con el rol al que postulas.

Para humanos: Una versión del que haces para ATS, solo que detallando lo que hiciste en cada cargo. A veces te piden esta versión.


El portafolio es clave y nunca debe morir: Ahora, más que nunca, un buen portafolio es vital. Debe ser accesible, con un buen diseño, contar con un storytelling claro y conciso. Nadie tiene tiempo de revisar algo extenso, así que asegúrate de que cada caso de estudio sea fácil de seguir y esté bien documentado. Actualízalo. Es común olvidarse de actualizarlo cuando ya tienes trabajo, pero es fundamental mantenerlo vivo. Asegúrate de agregar nuevos casos de estudio con la autorización de tu empleador, para que si en algún momento necesitas volver al ruedo, ya estés listo.


Prioriza los contactos: Las entrevistas que he conseguido han sido gracias a recomendaciones. Las referencias tienen mucho más peso que un currículum que pasa por un ATS. Habla con personas que te conozcan en el ámbito laboral y no dudes en pedir recomendaciones.


Lleva un control de tus postulaciones importantes: Si no has recibido noticias en un mes, probablemente sea momento de descartarlas. Si el mensaje es más personalizado o si la empresa te interesa especialmente, busca feedback después de las entrevistas. Yo he contactado a personas de la empresa directamente para obtener información valiosa.


Itera y mejora sin frustrarte: He reformulado mi CV varias veces este año, y sé que lo seguiré haciendo. No hay que temer al ATS ni frustrarse por no encontrar la fórmula perfecta. Sigue ajustando y mejorando con cada oportunidad.



Aprovecha los tiempos libres para hacer cursos: Ahora es el momento de mejorar aquellas áreas que no podías fortalecer cuando estabas ocupado. Haz una lista de lo que necesitas reforzar y prepárate para los retos que vienen.


Networking personal: Si hay eventos de tu área de interés, ¡asiste! Conocer gente nueva siempre puede abrirte puertas hacia nuevos desafíos.


Replantea tu rol si es necesario: Los roles cambian y, si sientes que ya no encajas, busca nuevas áreas que te motiven. Si lo que te apasiona es otra cosa, planifica una transición y sigue aprendiendo. En mi caso, he aprendido que mi crecimiento no ha sido lineal, pero sí significativo en diversas áreas, y eso lo valoro mucho.




Mis palabras finales: No tengas temor de que en este momento de la vida, si estás pasando por esto, debas rediseñar tu camino. Haz lo que te haga feliz y sigue adelante con determinación.


 
 
 

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